Hemos
estado en Miami 2 días. Aprovechando que unos amigos nuestros estaban de
vacaciones nos hemos acoplado, literalmente, a sus planes de segunda luna de
miel. Todo sea por una, muy necesaria, recarga de pilas.
Habíamos
estado ya antes, pero sin haberlo disfrutado apenas, así que no me faltaron
motivos para coger de nuevo un avión y en menos de tres horas plantarnos allí.
Bienvenidos
al calor tropical. Ojo: un calor asfixiante, incómodo. A mi parecer, difícil de
soportar los 365 días del año. Y mira que si estás en bermudas, falda y de la
piscina a la playa... es más llevadero. Pero imaginaos ir con traje y corbata o
todavía peor, ¡con tacones! Lo dicho, muy difícil de soportar.
Sin
embargo, con amigos las incomodidades se olvidan. Si se comparte el mismo
idioma y las mismas bromas, si todos vamos a una. Sólo me llevo buenas
sensaciones de esta visita exprés.
Una reflexión después del viaje. Hace poco lo hablaba con una amiga de la
infancia...
En general, unos más que otros, tendemos
a ser bastante egoístas con la gestión de nuestro tiempo. Mientras sabes que tu vida va a permanecer
estable (sin cambios importantes en lo familiar, social o laboral) vivimos bajo
una rutina bastante egocéntrica, construida por uno mismo. Tenemos claramente
marcado qué debemos hacer cada día y en qué determinado momento. Y si algo se
interpone entre mi clase de inglés y mi clase de spinning... ¡uff! Impensable faltar
al gym. ¿Eso dónde se ha visto? ¿No es cierto?
Pues
bien, yo me he comportado así mil veces: para mi es sagrado ir al gimnasio, ir
hacer la compra los viernes a las 17h, pasar la aspiradora cada maldito día,
llevar el pijama a las 22h de la noche y posteriormente el apropiado acurrucamiento... y así una
interminable lista de cosas que me incumben tan sólo a mí y a mis sagrados
rituales inamovibles.
Esto
cambió con la noticia de venir a USA. De repente, solo tenía tiempo para mi
familia y mis amigos. Deprisa y corriendo a disfrutar de todos y cada uno de
los momentos que pudiéramos compartir juntos. "Os venís a cenar..."
"Celebramos que ha nacido..." "Mañana trabajáis, pero vamos a
ir...” “Vienen tus primas a comer... "
Rotundamente:
¡Me apunto!
Tener
este pensamiento me ha permitido gozar enormemente de este fin de semana. Reírme
hasta no parar y sentirme realmente a gusto, incluso cuando nos tomaban el pelo
en nuestra ronda de Margaritas, o en la discoteca, donde ni los tacones, ni la
música suponían un impedimento para nosotros. El sablazo en la barra tampoco.
Allí
sonó una canción que nos vino como anillo al dedo. Seguidamente os dejo el
enlace, para que disfrutéis de ella tanto como lo hago yo. "Jungla de
cemento donde se fabrican sueños". Vello de punta. CLICK ->
New
York. Alicia Keys.
¡¡Un “shot” de tequila por más momentos como este!!
PD:
La vuelta más dura de lo que pensaba. Esta vez, mientras iba en el coche me
volví a sentir tan forastera en estas tierras como el 7 de Agosto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario