martes, 5 de noviembre de 2013

Bottino para 7

Hoy sábado salgo de lo más contenta dirección a Manhattan. Nos dirigimos por primera vez al barrio de Chelsea, zona de la ciudad que todavía no habíamos pisado.

Rutinariamente cogemos el transporte público desde Hoboken (pueblo del que ya os he hablado en anteriores post) hasta la 6á avenida con la 23. Listo. Ponemos un pie en la "gran manzana". Ya no somos nadie ¿o sí? Hoy sí. Maravillosamente hoy tenemos reserva para 7. Qué alegría.

Bottino en el 246 con la 10th avenue. Uno de los restaurantes de moda en el cada vez más famoso barrio de Chelsea. El jardín ofrece un entorno súper romántico para cenar durante la primavera o el otoño. Dentro, un ambiente cálido, muy cómodo, con una luz predominada por la lumbre de las velas. Encantador os lo aseguro.
La cocina es típica italiana, con una carta no muy amplia pero sí variada. La bruschetta al pomodoro y los spaghettini with manila clams and garlic tenían una pinta exquisita. Sin embargo, nosotros dos nos decantamos por pescado azul, muy bueno y con un punto de cocción perfecto.
En la carta de vinos la mayoría italianos y en cuanto al precio, razonable. Aproximadamente unos 30 dólares por persona propinas aparte.




Palpo un ambiente distendido, relajado. Nos ponemos al día. Me alegra mucho saber que todo sigue más o menos igual y que por más tiempo que pase, la esencia de cada uno permanece tal y como la recuerdo. 
Después de un tiempo, este sábado me volví a sentir un poquito como en casa, rodeada de gente que ya conocía y otra que no. 
Aprecio mucho compartir mesa (o lo que sea) con alguien igual de forastero que yo en este lugar. Me reconforta terriblemente. Estos reencuentros y los que vendrán me hacen sentir muy feliz por extrañar tantísimo a todos los que dejamos allí. 
                                                                                                                                                        

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